viernes, 24 de junio de 2016

El cáncer de colon se está multiplicando porque nadie te dice en la tele que, por favor, comas fruta


Desde hace unos años, las enfermedades alimentarias se han multiplicado.

¿Quién no tiene ahora a algún familiar o amigo al que no le hayan detectado alguna alergia o intolerancia alimenticia? 

Los datos están ahí, en la última década se han duplicado los casos de alergias alimentarias conocidos y ya hay más de dos millones de personas en España que sufren alergia a algún tipo de alimento.

¿Hay más casos ahora o es que ha mejorado la forma de detectarlos?“Enfermedades alimentarias ha habido siempre”, nos responde nuestro invitado, José Troca, nutricionista clínico. “Ahora hay un seguimiento por parte de especialistas en alimentación y se van detectando nuevas formas de encontrar cuáles son esos antígenos que me despiertan la enfermedad”.

Así, antiguamente una persona que sufría, por ejemplo, celiaquía no tenía los medios para saber que estaba enfermo. Se sabía que sufría diarreas, que no se desarrollaba bien, pero no se sabía que todo eso lo producía la ingestión de gluten. “Ahora es más fácil detectarla porque poco a poco, a partir de los años 60 o de la II Guerra Mundial, se vio la importancia de la alimentación en el desarrollo del humano”, lo que llevó al desarrollo de varias disciplinas médicas que apuestan por “la prevención o el diagnóstico” en base a lo que comemos.



Algunos de los estudios que se han hecho de estas enfermedades han venido a demostrar que se trata de un mal occidental, es decir, que en África y en otros lugares con un tipo de dieta muy distinto apenas existen. Nuestro invitado considera que esto se debe a la “sobreingesta de determinados tipos de alimentos” que se hace en los países llamados desarrollados, porque “los continentes pueden tener el mismo reparto en cuanto a los nutrientes”. 

Lo explicaba con un ejemplo muy sencillo: “si yo cojo a una persona que no ha comido cereales refinados, nunca ha tomado azúcar en exceso, si saco a alguien de la selva del Amazonas y lo planto aquí en medio de la Feria de Sevilla a comer fritos, a beber alcohol o ese tipo de cosas, ¿creéis realmente que esta persona no adquiría mis enfermedades?”. Por tanto, no se puede hablar de mal occidental en sí, si no de “los factores externos que hacen que yo elija un alimento u otro”.

A esto hay que sumar el uso de pesticidas y productos químicos, que “provocan daño en la piel, en las embarazadas”, y que están más presentes de lo que pensamos en los alimentos que tomamos. De hecho, según un estudio de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, el 44% de las frutas y verduras analizadas presentaba residuos químicos y casi un 30% de ellos eran restos de pesticidas.

Y ya que vemos que vivimos en una sociedad propensa a las enfermedades alimentarias, ¿cómo podemos curarlas? Hay básicamente dos vías: la investigación científica y la prevención. Dentro de la investigación científica, existen enfermedades que tienen tratamiento, como la diabetes; y otras que disponen de medicamentos que permiten esquivarlas, como los intolerantes a la lactosa, que disponen de una pastilla que les permite ingerir lácteos minimizando las consecuencias negativas en su organismo. 

Sin embargo, otras como la celiaquía, aún no tienen cura, es decir, el que es celíaco no puede tomar en su vida algo que lleve gluten sin sufrir las consecuencias por ello. Según José Troca, esto se debe a que “yo no puedo erradicar el sistema inmune, y la celiaquía es eso, es que el gluten es identificado por mi sistema inmune como un antígeno y lo ataca”. 

Este ataque produce anticuerpos y provoca que “se destruya las microvellosidades del intestino y ya no me pasen nutrientes porque no tengo tanta superficie intestinal”. Por tanto, más que curar, se intenta mitigar, “controlar la aparición de los síntomas”. En este sentido, en lo que más está trabajando la ciencia ahora es en “la identificación de qué características tienen que tener las proteínas de los cereales para que me despierten esta respuesta antigénica”.

Por otro lado está toda la industria actual que se está generando en torno a los productos sin gluten. José Troca se refirió a ellas como “ecomodas” y que los profesionales intentan aclarar que“porque pongan sin gluten no es un mejor producto”. Esta moda de “poner sellitos de sin gluten” lleva a situaciones ridículas. “Vamos a ver, caballero, usted está vendiendo botellas de agua, ¡claro que el agua no tiene gluten! ¡El agua no es un cereal!”

La otra y principal vía que usa la Nutrición Clínica para curar es la prevención. Una buena alimentación es base para una buena salud. Ahora bien, ¿es cierto, como dicen algunos expertos, que la alimentación puede curar enfermedades tan graves como el cáncer? Nuestro invitado nos lo responde a su vez con otra pregunta: “¿Qué tipo de cáncer? ¿En qué estadío? ¿En qué grado? Yo soy un profesional, yo no vendo mentiras. 

A una persona que tiene un cáncer de próstata en estado avanzado no le puedo decir que va a recuperar la próstata como cuando tenía 15 años”. Por tanto, la alimentación “puede prevenir”, y también ayudar en ciertos tipos de cáncer, sobre todo el gástrico o el de colon, pero “es tu estilo de vida el que te ayuda a que no tengas una enfermedad como el cáncer”. 

Y lo hace gracias a los llamados alimentos alcalinos, o mejor dicho, los alimentos que contengan fibra. “Alcalino son las frutas, las verduras, algunos frutos secos; alcalino es todo lo que tiene fibra prácticamente, lo que tiene menos calorías y digiero luego más fácilmente”. Pero más que estos alimentos ayuden a prevenirlo, es que la ausencia de ellos puede provocarlo. “Todas las dietas que están ausentes de fibra provocan cáncer de colon. 

El cáncer de colon se está multiplicando a pasos agigantados porque absolutamente nadie te dice en la tele que por favor comas fruta, pero, sin embargo, sí te dicen que por favor comas este producto de carne procesada, con azúcares y con grasas”.

Viendo la importancia de la alimentación en nuestra salud, llama poderosamente la atención queen la Sanidad Pública española no exista la figura del Dietista-Nutricionista. De hecho, el pasado 10 de mayo se manifestaban centenares de profesionales del sector bajo el lema #SanidadDesnutrida, y es que España es el único país europeo que no tiene la Nutrición en su Sanidad Pública. 

Portugal, sin ir más lejos, cuenta “en los centros ambulatorios con nutricionistas de acceso gratuito para aquellas personas que necesiten de verdad controlar su alimentación o su peso”. Lo más parecido que hay en el Servicio Andaluz de Salud es la figura del endocrino, “que no es nutricionista, lleva a cabo otro tipo de tareas” y que además sólo hay uno en grandes centros hospitalarios. “Una persona que tiene que ver a 900 personas a la semana, ¿cómo va a hacerlo? La atención es imposible”. 

La importancia de un nutricionista en un centro de salud público se aprecia “en la capacidad de una persona desnutrida de hacer frente a la respuesta farmacológica”, que es “mucho más baja” y provoca numerosos gastos e inconvenientes al propio hospital. “Si el nutricionista formara parte del sistema de salud, el ahorro en hospitalización semanal, mensual y anual que se puede hacer por cada centro es increíble”.

Fuente:http://revistasalud.es/cancer-colon-se-esta-multiplicando-nadie-te-dice-la-tele-favor-comas-fruta/